Cooperativa profesionaliza la pepena en Guanajuato

Con el COSUCOOP se podría concretar una verdadera economía solidaria entre cooperativas: Roboán Rodríguez.
En el municipio de León, Guanajuato, la concesión del servicio de recolección de residuos sólidos a las empresas privadas generó una situación de abandono a pepenadores. Familias enteras tuvieron que dejar su manera de sobrevivir cuando las rutas de recolección y el relleno sanitario pasaron a manos privadas.
Un grupo de personas que se dedicaban a la pepena se organizó para seguir con esa actividad pero desde una visión autogestiva. La cooperativa Trabajadores Solidarios por el Medio Ambiente (TSMA) gestionó ante los gobiernos municipal y estatal los convenios necesarios para realizar lo que han llamado la profesionalización de la pepena.
Gracias al convenio firmado en 2015 por el Consejo Superior del Cooperativismo (COSUCOOP) con la Universidad Iberoamericana para apoyar desde la academia necesidades concretas de las cooperativas del país, Trabajadores Solidarios por el Medio Ambiente han recibido asesorías para concretar ese anhelo de profesionalización y trabajo digno.
La Ibero
El apoyo otorgado por alumnos de las maestrías de Administración de Empresas y de Finanzas, dentro del programa de Responsabilidad Social Comunitaria, del departamento de Estudios Empresariales se ha concentrado en la búsqueda de financiamientos para la cooperativa de recicladores.
Con este programa los alumnos de la Ibero van a las comunidades donde están las cooperativas, realizan un diagnóstico y atienden necesidades expresadas por las organizaciones que pueden ser desde un sistema para gestionar la pensión de los socios hasta la mejora en procesos de comercialización.
A decir de la coordinadora de Responsabilidad Social Comunitaria, la doctora Yolanda Cruz Contreras, la respuesta de los alumnos ha superado sus expectativas por la manera en cómo se involucran con las cooperativas. De paso se rompe con el paradigma de ser una universidad privada “que podría entenderse enfocado a hacer dinero”, y en cambio “se le da un enfoque completamente social”, dice la doctora.
El pasado fin de semana en la Universidad Iberoamericana, campus Santa Fé, se concluyó el tercer semestre de apoyo a las cooperativas con la presencia de integrantes de las 16 organizaciones asesoradas por los alumnos de maestría. Ahí estuvieron representantes de TSMA de Guanajuato.
La manada
Enfundado en su ropa de trabajo, chaleco reflejante, gorra y guantes, Roboán Rodríguez Carrera, socio cooperativista, sintetiza en una frase lo que han significado los cuatro años de lucha social que les ha permitido organizarse colectivamente: “Cooperativa sin lucha política no es cooperativa”.
Roboán sentencia que “la cooperativa nos ha dado un sentido de pertenencia”. Afirma que en un contexto neoliberal e individualizador, estar “en manada” les dio fuerza, dignidad y un sentido a su vida de recolectores.
Luego de la privatización del servicio de recolección de basura y la lucha social el resultado fue la cooperativa: “una amalgama de profesionistas y pepenadores, de estratos sociales e intereses afines”, se cuentaningenieros ambientales, abogados, mercadólogos y familias de pepenadores.
Los tres brazos
La cooperativa tiene tres ejes de trabajo. El primero es la separación de residuos gracias a la firma de un convenio con el municipio, (arrancado con la presión social “que toda cooperativa debe hacer”, dice Roboán), que les permite recibir y separar a mano de ocho a 12 toneladas de basura diarias. De ahí recuperan dos toneladas que la cooperativa comercializa al mejor postor.
El segundo convenio fue arrancado al gobierno estatal de Guanajuato, consiste en la recolección de residuos industriales que ha aumentado con la llegada de la industria automotriz al bajío. “Es una veta de oportunidad para nosotros porque recolectamos residuos que son valorizables en el mercado del reciclaje”, explica Roboán.
El tercer proyecto es convertir esos residuos industriales en muebles. Su apuesta económica principal y ambiental son los productos terminados a partir de materiales reutilizables.
A la par de estos tres brazos productivos, la cooperativa le apuesta a la formación de los socios, de fomentar una cultura de la seguridad e higiene, a usar guantes, cubrebocas, y provocar “un cambio en la mentalidad” de los pepenadores.
La economía solidaria que viene
TSM se ha vinculado con las cooperativas que integran al COSUCOOP, sobre ellas dicen que hay mucho que aprender y por apoyarse. “Nos estamos fortaleciendo como cooperativa, tenemos dos años, somos bebés si nos comparamos con TRADOC o Pascual”, dice el recolector.
“Jugos Boing saca residuos, tetrapack, vidrios, es algo que podríamos reciclar, igual TRADOC”, añade Roboán. Con un trabajo conjunto del COSUCOOP se podría “crear verdadera economía solidaria entre cooperativas”.
basura Cooperativa Cosucoop Guanajuato Ibero pepena reciclaje TSMA universidad